RESPLANDOR 

Monstruo marino publicado en el Novi Orbis Indiae Occidentalis, 1621 representando la leyenda de San  Brandán. 

Écfrasis.

Sobre la fantasía, el prejuicio y la vileza.

La exploración y colonización de la tierra en la Era de los  descubrimientos dejó como testimonio un conjunto de  sorprendentes imágenes que en su momento pretendieron  representar y comunicar las primicias de esos novísimos mundos.  Imágenes llenas de fantasía e ingenuo encanto, pero también de  prejuiciosas declaraciones morales, religiosas y políticas.

Las descripciones de esas tierras ignotas, exóticas y fundamentalmente “diferentes”, generaron sentimientos colectivos de fascinación, temor, aprensión y muchas veces franco rechazo. 

Estas formas de pensamiento fantasioso perviven soterradamente y  cobran vigor en este nuestro tiempo marcado por los  desplazamientos y las tensiones y conflictos sociales resultantes de  ellos. 

A partir de estas imágenes, la alegoría sirve como herramienta para desplazar su expresión original resignificándola en un contexto  diferente para llamar la atención sobre la complejidad de un  presente atravesado por formas culturales de un pasado persistente. 

“Según Owens La alegoría actúa en un espacio intermedio  entre el pasado y el presente; es, al mismo tiempo, la causa  y el resultado de una ruptura en la construcción lineal del  tiempo y de la historia…”

“La alegoría expone lo oculto, abre lo clausurado a través de  la enunciación de un espacio intersticio, sin definición como  fue o es. A través de la alegoría, podemos volver a ver tanto  

el pasado como el presente; cada uno en función y  comparación del otro. Es así que el procedimiento, la actitud  alegórica, abre una grieta en la cual se posibilita un  emplazamiento por fuera del tiempo y del espacio, por fuera  de un significado ‘original’, para revisar el entendimiento que  tenemos de lo que fue y de lo que es.” Una y Doce Fotografías de Miguel Ángel Rojas. Monografía de grado. Andrés David Montenegro Rosero.  Especialización en Historia y Teoría del Arte Moderno y Contemporáneo. Universidad de los Andes.  Febrero 13 de 2008.

Saraswati. La diosa Hindú del conocimiento  

La manera en que percibimos y conformamos una idea del mundo  y de la realidad, de las cosas, los seres y los hechos, está  fundamentada en un sistema de ordenamiento de este  conocimiento fruto de un complejo sistema cultural construido por  siglos de observaciones y valoraciones.  

Este capital ideativo está conformado por la experiencia directa y  por la inserción de símbolos que convierten la percepción  inmediata en una imagen genérica. En este paso hacia un nivel 

abstracto del pensamiento confluyen formas como el pensamiento  mágico y las creencias.  

En el pensamiento mágico los conocimientos pueden o no ser  exactos y se sustentan sobre una base incierta, en relación, con  hechos que pueden, o no ser reales. 

Las creencias como estados mentales fundamentados en el  aprendizaje de interpretaciones culturales de la realidad están  siempre cargadas de la necesidad de asimilar y dar una forma  aceptable social, sicológica y política a aquello que resulta  diferente, desconocido o incomprensible. 

La fantasía como sucedáneo del conocimiento es la forma de  neutralización de la falta de cabal comprensión de un hecho o un  sujeto. 

La historia del conocimiento, de la ciencia y de los sistemas de  clasificación y catalogación de la naturaleza está construida en  parte por la realidad concreta y verificable y en gran medida por la  fantasía. 

Allí la intervención de la imaginación y la aportación de los  artistas se constituye en un fascinante y vivido testimonio de la  historia y en un reflejo de las complejidades del pensamiento y las  relaciones humanas y sus patologías.

Aristóteles en su “Historia de los anímales” describe cerca de 500  especímenes distintos basándose en las observaciones personales y  en las noticias y el material allegado por los expedicionarios de  Alejandro Magno entre otros. En la obra, aunque no se hace eco de  la existencia de animales fantásticos se privilegia la descripción de  animales raros y extraordinarios inaugurando una tendencia  universal por lo exótico. Aunque está plagada de errores e  imprecisiones tiene el mérito de ser la primera obra científica en el  campo de la taxonomía zoológica. 

Historia Natural Cayo Plinio II. Traducción al español por el Licenciado Gerónimo de  Huerta 162

Plinio el viejo (Siglo I D.C) quien continuó la obra aristotélica fue  menos riguroso y en su obra “Historia Natural”, la primera  enciclopedia de la historia, de gran influencia en el medioevo y una  de las obras más populares del renacimiento, incluye la descripción  de seres fabulosos y animales mitológicos dando por sentada su  existencia real. Cíclopes, basiliscos, blemias (acéfalos), sátiros,  unicornios, grifos y aves fénix fueron incluidos en la obra del latino. 

La obra de Plinio el Viejo tuvo una inmensa difusión y fue  utilizado como referente durante siglos sirviendo de corroboración  a los mitos y creencias populares sobre la existencia de criaturas  extraordinarias en los confines de las tierras conocidas. Historia natural de Cayo Plinio Segundo

La India y la tierra de Etiopía están grandemente llenas de cosas  maravillosas … 

En el monte Milo hay hombres con los pies vueltos al revés y  tienen en cada pie ocho dedos, según dice Megastenes. En otros  muchos montes hay hombres que tienen las cabezas como perros,  los cuales se visten de pellejos de fieras y en lugar de hablar  ladran, … 

de estos escribe Ctesias que hubo más de ciento veinte mil cuando  él escribía … 

También escribe que hay ciertos hombres llamados Monoscelos,  los cuales no tienen sino una pierna y son ligerísimos en el saltar,  y estos mismos por otro nombre se llaman Sciopodes, porque  cuando hace gran sol se ponen en tierra y con el pie se hacen  sombra para todo el cuerpo. 

Viven éstos no muy apartados de los Trogloditas. 

Luego hacia el occidente hay hombres sin cabeza y tienen los ojos  en los hombros.

En los montes Subsolanos de la India (llamase región de los  Catardulos) hay Sátiros, los cuales son velocísimos … 

El auge de las exploraciones y la navegación en la llamada Era de  los descubrimientos, que transcurre entre principios de siglo XV y  comienzos del XVII, trajo para Europa una ampliación del acervo  de imaginarios fantásticos alimentado por las narraciones  

extraordinarias de los viajeros que retornaban de esas tierras  lejanas y desconocidas. 

La popularización de la imprenta hizo de este tipo de descripciones  y relatos un genero de inmensa difusión y gran éxito comercial.

Marco Polo en el reino de los caníbales. 

Como antecedente, Marco Polo en sus crónicas de viaje “Ir Misione”, 1295, relata entre otras cosas fantásticas el haber visto  hombres con cabeza de perro en la isla de Angaman y unicornios  en el reino de Bosan.  

“173. De la isla de Angaman. Angaman es una isla muy grande,  sin ley ni rey. Son idólatras, viven como los animales salvajes. Y  tenemos que apuntar en el libro una extraña visión de estas  gentes. En esta isla los hombres tienen cabeza y dientes de perro, 

y en su fisonomía parecen enormes mastines. Son muy crueles y  antropófagos y se comen cuantos hombres prenden que no sean  de sus gentes.” El Libro de las Maravillas .

El inglés John Mandeville, quien desde al año 1327 viajó treinta y  tres años por Asia y África, describió por ejemplo el encuentro con  hombres de una sola pierna y un gigantesco pie que les servía de  sombrilla al dormir.

En 1493 se publicaron las Crónicas de Nuremberg, el Liber  Chronicarum, una compilación histórica de fuentes antiguas y  contemporáneas realizada por el doctor, humanista y bibliófilo de  Nuremberg Hartmann Schedel El Liber chronicarum, es uno de los libros más densamente  ilustrados y técnicamente avanzados de los comienzos de la  imprenta. 1809 ilustraciones coloridas complementan el texto en el  que no deja de incluirse la descripción de criaturas prodigiosas  como los cíclopes, los cinocéfalos (hombres con cabeza de perro), unípodos (veloz raza de hombres de un solo pie) y otros muchos. Como dato notable se refiere que un joven Albrecht Dürer  participó como aprendiz en la realización de las ilustraciones.

El descubrimiento de América, como uno de los sucesos más  conmocionantes de la historia, como el encuentro de una eutopía, un mundo soñado y promisorio y simultáneamente de una distopía, un lugar siniestro, ominoso, no escapó desde luego a esta fiebre de  prodigios y fue la fuente de incontables narraciones fantásticas. ¿Cuál ingenio mortal sabrá comprehender tanta diversidad de  lenguas, de hábitos, de costumbres en los hombres destas Indias?  ¿Tanta variedad de animales, así domésticos como salvajes y  fieros? ¿Tanta multitud innarrable de árboles, copiosos de  diversos géneros de frutas, y otros estériles, así de aquellos que los  indios cultivan, como de los que la Natura, de su propio oficio,  produce sin ayuda de manos mortales? ¿Cuántas plantas y hierbas  útiles y provechosas al hombre? ¿Cuántas otras innumerables que  a él no son conocidas, y con tantas diferencias de rosas e flore e  olorosa fragancia? ¿Tanta diversidad de aves de rapiña y de otras  raleas? ¿Tantas montañas altísimas y fértiles, e otras tan  diferenciadas e bravas? ¿Cuántas vegas y campiñas dispuestas  para la agricultura, y con muy apropiadas riberas? Historia general y natural de las Indias, islas y Tierra Firme del mar Océano Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés. 1535

Otro ejemplo notable de este tipo de publicaciones es la llamada  “literatura de cordel”, por la singularidad de la manera en que se  comercializaban, exhibidas en tendederos de cuerdas tensadas de  las que colgaban como piezas de ropa. 

A partir del siglo XV empezaron a circular hojas volantes que hoy  se conocen con el nombre de pliegos sueltos. Entre los géneros que  se incluían en estos pliegos estaban las relaciones de sucesos, que  fueron los primeros impresos noticiosos. En ellas se transmitían  noticias sobre hechos reales, pero también sobre acontecimientos  extraordinarios, sobrenaturales y francamente inverosímiles en la  mayoría de los casos. 

Mención especial merece la obra y la figura singular del orfebre,  grabador, autor y editor de libros de ocultismo y seudo-historia de  América, el liejense Theodorus de Bry. Lieja1528 – Fráncfort, 27  de marzo de 1598. 

Bajo la firma de de Bry se publicaron directamente cerca de  doscientos libros, incluyendo una muy difundida serie de obras  ilustradas de las Américas. 

Theodor de Bry fue además uno de los instigadores más prolíficos  de las leyendas negra y blanca respectivamente. Las dos se  construían y fomentaban desde sus numerosas ediciones de libros,  que dedicaba a sus monarcas y nobles alternando las ediciones de  ocultismo con las de seudo historia. 

La leyenda negra escrita por él como guionista se dedicó a atacar a  la corona España y a la Iglesia católica. La leyenda blanca se  dispuso al servicio de Inglaterra y de sus aliados. 

De Bry ciertamente construyó un imaginario sobre América y sus  habitantes que influyó por siglos en la visión sesgada y negativa  que de ellos se tiene a nivel universal. Sus errores o intencionales  manipulaciones de la representación de América son protuberantes.  En un sentido antropológico, por ejemplo, su representación de los  habitantes de las Américas es totalmente desacertada pues describe  una antropometría más próxima al canon greco romano que a la  real configuración anatómica de los naturales del continente.

En sus múltiples ediciones dedicadas al nuevo mundo, trató de  muy diferente manera visual a los indígenas del entorno de  influencia inglesa que a los del entorno de dominación española,  estos eran dibujados como monstruos con uñas demoníacas, y con  rasgos que incluían el canibalismo y la sodomía, cosas que en  realidad correspondían a una realidad ritual y cultural. Mas allá del sentido pintoresco y de el extravío científico de  de Bry deben leerse en sus ilustraciones una serie de aciertos  históricos que han sido minimizadas por la narración oficial, que  son de la máxima gravedad ética y que marcan como una herencia  nefanda la conformación sicológica y cultural de nuestro  continente.  

Que la colonización de América conllevó una serie de excesos,  tropelías y violaciones es un hecho incuestionable y bien  documentado. Un caso infame, relatado por diversos autores e 

ilustrado de forma escalofriante por de Bry, es el del  emperramiento de indígenas al que nos referiremos más adelante.  La instauración de la esclavitud y toda la historia de  desplazamiento forzoso y crueldades inenarrables, indiscutible. El despojo brutal de las ricas culturas nativas con su consecuente  desmedro y pauperización, imperdonables. 

A estas alturas no pareciera pertinente por intemporal ningún  reclamo sobre estos nefandos sucesos y sin ninguna intención  vindicatoria es bueno no olvidar la historia pues de ella estamos  hechos.  

Tanta vileza en las aterradoras tropelías de los llamados actores del  conflicto actual en Colombia, pareciera tener origen al menos en  parte en la herencia de ese insoslayable pasado abyecto.

La criptozoología, literalmente: ‘el estudio de los animales ocultos’, es un fenómeno cultural que se ocupa de la búsqueda de animales  denominados comúnmente criptidos, cuya existencia es 

improbable y que tiene su origen en las tradiciones populares de  todas las culturas. 

Rinoceronte de Durero.

Así reza el texto de la cartela que encabeza la xilografía: “En el año de 1513 después del nacimiento de Cristo, el 1 de  mayo, fue traído desde la India a Lisboa para el poderoso rey  Emanuel de Portugal un animal que llaman rhinocerus. Aquí  está reproducido en su forma completa. Su color es como el de  una tortuga moteada, y está muy protegidamente cubierto de  gruesas escamas, y en tamaño es similar al elefante, pero más  corto de piernas y mucho mejor preparado para la lucha. Tiene  un cuerno agudo y fuerte encima de la nariz, que gusta de afilar  allí donde hay rocas. Es un animal victorioso, enemigo mortal de los elefantes. El elefante le teme terriblemente porque cuando se  le acerca, el animal lo enfrenta con la cabeza entre las patas  anteriores, y desgarra desde abajo el vientre del elefante, y lo  mata, pues no puede defenderse. El animal está tan bien  acorazado que el elefante nada puede contra él. También se dice  que el rhinocerus es un animal veloz, confiado e incluso alegre.” 

El Rinoceronte de Durero. Bronce 13 x 7 x13 cm

De la misma manera la teratología entendida como la disciplina  científica que estudia a las criaturas anormales, del griego antiguo, θερατος theratos, que significa monstruo, tiene su origen en la  observación de las desviaciones del patrón normal que por  superchería, prejuicio e ignorancia antes de tener una razón  científica eran atribuidas a conductas amorales y a castigos divinos  o intervenciones de fuerzas demoníacas.  

Un caso singular es el del cirujano francés Ambroise Pare Bourg Hersent, Laval, 1510 – París, 20 de diciembre de 1592

Estas supersticiones fueron convenientemente explotadas por los  mercaderes de la literatura fantástica y de ellas se sirvió el poder  político y religioso para instigar un temor exacerbado por todo  aquello que representaba la novedad y el extrañamiento de un  mundo primicial, para justificar así acciones atrabiliarias contra  personas y pueblos que representaban un impedimento en el  camino de las conquistas. 

El monstruo es hijo del establecimiento que lo excluye y de la  rebeldía que simboliza, la historia está plagada de su presencia  manifiesta en los temores que suscitan las alteraciones sociales,  individuales o físicas con su carga de marginación. Los monstruos  son excresencias sociales y su inefable fauna está compuesto por  los primitivos, los bárbaros, los indígenas, los extranjeros y en  general los marginales y los inadaptados. Ellos nos recuerdan los  peligros de la diferencia y las escandalosas limitaciones de  nuestros propios conceptos.  

Son monstruos quienes no se ajustan a patrones establecidos. Y las características que mejor los definen son su identidad irreductible y  su semblante perturbador.

En la terminología del mestizaje imperante en las colonias  americanas existieron infames nominaciones que denotan la  percepción de esta presencia sobrecogedora. La clasificación No te  

entiendo es el resultado del cruce entre Mulata y Tente en el Aire y  claramente es el intento “taxonómico” de clasificar lo  inclasificable, aquello que desborda la norma y el buen acuerdo.

En la misma América contemporánea, atavismos lingüísticos de  este oprobioso sistema clasificatorio siguen en uso para nominar de  manera despectiva a ese otro susceptible de exclusión por su  naturaleza diferente e “inferior”. Zambo, Chino, Cuarterón, Lobo,  Jarocho, Cholo…

Por haber nacido en otra parte. Goya, 1808-1814. 

Hoy en una Europa nuevamente permeada por el racismo y el  prejuicio, el Sudaca o Sudoca, los Panchitos, Los Machu Pichus,  el Guachupino y el Payopony son formas de nominar a ese otro  perturbador e incomodo a ese monstruo perviviente y la necesaria,  desesperada, nueva colonización mercantilista de las tierras de  ultramar trae a cuento en el imaginario colectivo toda suerte de fantasías recargadas, ahora adobadas de matices sexuales y de los  tintes del nuevo malum local, de los nuevos monstruos, los  criminales, los guerrilleros, los sicarios, los secuestradores, los  terroristas, los déspotas, los abusones y las putas. Todos “fruto de  la degradación moral y de la degeneración racial”.

Libro de las Maravillas de Marco Polo (Ms. Français 2810, Biblioteca Nacional de  Francia, París).

Resplandor 

A partir de estos motivos, imágenes y reflexiones surge el proceso  creativo. La apropiación y resignificación de los grabados  originales no puede concebirse como una salida facilista,  estetizante, sino como una forma de problematizar a partir de una  imagen problemática. 

Como lo manifiesta Owens: “La imaginería alegórica es una  imaginería usurpada; el alegorista no inventa imágenes, las  confisca. Reivindica su derecho sobre lo culturalmente 

significante, presentándose como su intérprete, y en sus manos la  imagen se transforma en otra cosa.” 

OWENS, Craig. El Impulso Alegórico: Contribuciones a una teoría de la posmodernidad. En: Arte después  de la Modernidad. Ed. Brian Wallis.Madrid :Akal,2001.p.205. 

De esta suerte en la serie Resplandor (2013) la  

tridimencionalización de las imágenes del repertorio medioeval, mas halla de la citación estetizante de un tema anacrónico dotado  de un innegable atractivo visual, es un dispositivo crítico que  señala la pertinencia de la convocación de estas imágenes frente a  las formas de discordancia social pervivientes en el mundo  contemporáneo. 

El bronce desnudo aporta a la reflexión histórica su connotación  simbólica como material próximo en su cualidad visual al oro y las  aleaciones usadas por las culturas prehispánicas. Ironizando  también con el falso oro de los charlatanes y estafadores que no  pasa de ser una aleación próxima al bronce. 

La tumbaga es el nombre que los españoles le dieron a una  aleación de oro y cobre que fabricaban los orfebres indígenas de  América. 

Numerosas culturas precolombinas que destacaron por su rica  orfebrería, como la de la Tolita, la Tairona o la Quimbaya,  utilizaron la tumbaga para elaborar diversos objetos ceremoniales y  adornos. 

Fernández de Oviedo escribe: Pues hasta aquí se ha tratado de las  minas del oro, y demás deso se ha dicho al propósito del oro todo  lo que más me ha parecido que se debía escribir. quiero, antes que  

pase la historia adelante a otras materias, como en lugar  apropiado a ésta, decir cómo los indios saben muy bien dorar las  piezas e cosas que ellos labran de cobre e de oro muy bajo. Y  tienen en esto tanto primor y excelencia, y dan tan subido lustre a  lo que doran, que parece que es tan buen oro como si fuese de  veinte e tres quilates o más, según la color en que queda de sus  manos. Esto hacen ellos con ciertas hierbas, y es tan grande  secreto, que cualquiera de los plateros de Europa, o de otra parte 

donde entre cristianos se usase e supiese, se tendría por riquísimo  hombre, y en breve tiempo lo sería con esa manera de dorar. 

Y retomando nuestro tema del color no es de dejar a un lado la  referencia cromática: el color del oro. Para los expertos su  clasificación técnica en el espectro tiene una denominación de  equivalencia numérica precisa. 

Oro es un color amarillo naranja que evoca el aspecto cromático  del oro nativo, es decir, del oro casi puro. Es una coloración que se  encuentra estandarizada, pudiendo hallársela en inventarios  cromáticos y catálogos de colores. 

Color estándar «oro». CMYK (10, 40, 70, 0) (RGB (228,158,86)

El Soplo de Oro 

Gonzalo de Rojas escribía allá por el año 1636 lo siguiente refiriéndose al áureo  sueño de El Dorado: “En primer término, tenía que desplazarse al gran lago de  Guatavita para efectuar ofrendas y sacrificios al demonio que la tribu adoraba  como dios y señor. Durante la ceremonia que tenía lugar en el lago, construían  una balsa de juncos que adornaban y decoraban con sus mejores bienes, colocando en ella cuatro braseros encendidos, en los que quemaban abundante  moque – el incienso de estos nativos – y, también, resina y otras muchas esencias.  El lago es grande y profundo, y por él puede navegar un buque de borda alta,  cargado con infinidad de hombres y mujeres, ataviados con vistosas plumas,  placas de oro y coronas de oro… Luego desnudan al heredero hasta dejarlo en  cueros, untándolo con tierra pegajosa, sobre la que aplican polvo de oro hasta  dejarle el cuerpo enteramente cubierto de este metal. Lo instalan en la balsa, en  la que permanece inmóvil, y a sus pies sitúan un gran cúmulo de oro y  esmeraldas para que se las ofrezca al dios. Además de él, en la balsa le acompañan cuatro de los jefes principales, adornados con plumas, coronas,  brazaletes, colgantes y pendientes, todo de oro. También ellos van desnudos y  llevan ofrendas. Cuando la balsa se aparta de la orilla, se escucha música de  trompetas, flautas y otros instrumentos, y cantos que reverberan en las montañas  y valles, hasta que, al llegar la balsa al centro del lago, izan una bandera en  señal de silencio. Entonces hace su ofrenda el Hombre Dorado, que arroja todo  su oro al fondo del lago; los jefes que le acompañan efectúan asimismo sus  ofrendas, en turnos sucesivos. Y con esta ceremonia queda proclamado el nuevo  gobernante, reconociéndoselo como rey y señor“.

El soplo de oro de la serie Resplandor 2013. Bronce. 39 x 41 x 19 

El soplo de oro, una de las piezas centrales de esta serie nos está recordando el  motivo central de la serie, que es traer a cuento la persistencia de un ansia  malsana que ha sido y es el motivo de tanta tropelía. 

La explotación de los metales como el oro y el coltán o Columbita, uno de los  minerales estratégicos más valiosas, siguen siendo en la actualidad el motivo de 

una violencia desbordada. Mafias internacionales en una nueva actitud corsaria usurpan por medio del terror y la corrupción, la riqueza de estas tierras, las  mismas tierras del Dorado colonial. 

Theodore de Bry, Caníbales en el nuevo mundo 

El nombre de “Calibán” puede tener su origen en una transliteración de la palabra  “caníbal”, que a su vez es una deformación de la palabra Caribe. Caliboun es  también un término romaní para “negro”. Todas estas referencias parecen  vincular a Calibán con la visión europea de los nativos americanos y africanos.  Además, Shakespeare pudo inspirarse directamente en la obra de Montaigne De los Caníbales, uno de cuyos párrafos es recitado textualmente por uno de los  personajes. 

Mientras que algunos humanistas creían haber encontrado el Jardín del Edén,  Montaigne lamentaba la conquista del Nuevo Mundo en razón de los  sufrimientos que aportaba a los que por ella eran subyugados mediante la  esclavitud. Hablaba así de «viles victorias». Se encontraba más horrorizado por la  tortura que sus semejantes infligían a unos seres vivos que por el canibalismo de  esos mismos amerindios a los que se llamaba salvajes. 

Creo que es más bárbaro comerse a un hombre vivo que comérselo muerto;  desgarrar por medio de suplicios y tormentos un cuerpo todavía lleno de vida,  asarlo lentamente, y echarlo luego a los perros o a los cerdos; esto, no sólo lo  hemos leído, sino que lo hemos visto recientemente, y no es que se tratara de  antiguos enemigos, sino de vecinos y conciudadanos, con la agravante  circunstancia de que para la comisión de tal horror sirvieron de pretexto la  piedad y la religión. Esto es más bárbaro que asar el cuerpo de un hombre y  comérselo, después de muerto.

Theodore de Bry. Balboa emperrando indígenas sodomitas

En medio de lo que hoy es un espeso platanar en el caserío de Tanela, municipio  de Unguía del departamento del Chocó en Colombia, Vasco Núñez de Balboa fundó en 1510 la ciudad de Santa María de la Antigua del Darién el primer asentamiento colonial español establecido en territorio continental de América. En 1957 Gerardo Reichel Dolmatoff en colaboración con el rey Leopoldo II de  Bélgica establece la ubicación de la desaparecida ciudad saldando una larga  disputa con Panamá. 

En 1509 Balboa huyó de Santo Domingo debido a un problema de deudas  embarcado como polizón y dentro de un barril con su perro Leoncico,  posteriormente famoso por convertirse en el más feroz can mata indios.

El poblado se convirtió en un enclave fundamental para la colonización de la  región riquísima en oro que era despojado con extrema crueldad a los nativos.  Desde allí Balboa encaminó la expedición que el 1 de septiembre de 1513  descubrió el océano pacifico. 

Después de haber -descubierto- el Mar del Sur, la expedición comienza el retorno  a Santa María La Antigua del Darién. Durante el trayecto habían intercambiado  oro y objetos de valor con las diferentes comunidades indígenas de la zona.  Oviedo nos dice que Balboa mientras avanzaba -hizo la paz- con muchos  caciques. En enero de 1514, Balboa y sus huestes llegaron a la provincia de  Careca, gobernada por el cacique Torecha, quien -púsosele en defensa, y  matáronle en la guazábara a él y algunos indios suyos; y allí se halló un  hermano suyo vestido como mujer, con naguas, y usaba como mujer, con los  hombres, y otros dos indios de la misma manera, que usaban como mujeres, y así  con naguas; y los tenía el cacique por mancebas. Y esto se hacía en aquellas  partes principalmente entre los caciques e otros indios, e se presciaban de tener  tres e cuatro, y aun veinte indios, para este sucio y abominable pecado. Y  aqueste viaje hizo Vasco Núñez quemar e aperrear cuasi cincuenta déstos, y los  mismos caciques se los traían sin se los pedir, desque vieron que los mandaba  matar, lo cual hacía porque les daba a entender que Dios en el cielo estaba muy  enojado con ellos, porque hacían tal cosa, y por eso caían tantos rayos e tan  espantables truenos; e por eso no les quería dar Dios el maiz y la yuca. Y deste  temor, porque Dios aplacase su ira, le llevaban aquellos camayoas pacientes en  tal delicto [sic]. Y a la verdad, era cosa temerosa y espantable los rayos y  truenos que había en aquella tierra, y que yo oí aquel mesmo año de catorce que  llegó el armada, y los que fuimos con el gobernador Pedrarias Dávila, porque  quemaban Buhíos y mataban hombres- 

-Hay entre esta gente abominables sodomitas, y los culpados en aquel delicto  nefando contra natura y que son el paciente, aquél tal es amenguado y tenido en  poco, y no el otro; y aquel que sirve de hembra en tal crimen, deja crescer el  cabello hasta la mitad de las espaldas, como lo traen las otras mujeres. E tejen, e  hilan, e hacen todos los otros oficios e servicios que usan y ejercitan las mujeres;  y no osan tomar arco ni flecha ni otra arma, ni ocupar sus personas en cosa  alguna en que los hombres se ejercitan. Y no es sola aquesta provincia donde  aqueste maldito vicio se acostumbra en la Tierra Firme, por lo cual no me  maravillo de mal que haya ni subceda en tal tierra. En esas tales cosas querría yo la diligencia de los cristianos para lo punir y castigar, y convertir los indios e  apartarlos de sus vicios e idolatrías, y desengañarlos de aquellos sus diabólicos  sacerdotes y ritos de Satanás– Fernández de Oviedo, Gonzalo. Historia General y  natural de las Indias, T. III, Lib. XXIX 

La represión canina fue particularmente utilizada para acabar entre otras con la  sodomía, la homosexualidad o el bestialismo, prácticas que siempre fueron vistas  como graves perversiones por una rígida moral católica que buscaba imponerse a  toda costa. A Leoncico por ejemplo, lo especializaron en aperrear sodomitas  lujuriosos, como los 40 o 50 putos que se encontraron en la provincia panameña  del cacique Cuareca y que Balboa, ejerciendo de juez y ejecutor, mandó aperrear  y luego quemar para que no quedara rastro de su abominable y sucio pecado: “La casa de este encontró Vasco llena de nefanda voluptuosidad: halló al hermano del cacique en traje de mujer, y a otros muchos acicalados y, según testimonio de  los vecinos, dispuestos a usos licenciosos. Entonces mandó echarles los perros,  que destrozaron a unos cuarenta”. 

De Las Casas

La caza de los putos de la serie Resplandor. 2013. Bronce. 40 x 100 x 50 cm.

Los monstruos  

San Cristóbal cinocéfalo.

Los Cinocéfalos. Cynocephalus (del griego: κῠνοκέφᾰλοι) literalmente significa  “cabeza de perro”. Se aplica a varios personajes mitológicos basados en seres 

reales, como Papio cynocephalus, babuino sagrado de Egipto con la cara de  perro. 

En la Iglesia ortodoxa oriental, algunos iconos sugieren representaciones de San  Cristóbal con cabeza de perro. Los antecedentes de este santo datan del reinado  del emperador Diocleciano y sus campañas en Marmárica (al oeste de Egipto, la  

Libia moderna): de acuerdo a los hagiógrafos, un coloso con cabeza de perro, fue  capturado en combate por los romanos.

Los hombres con cabeza canina fueron situados en el nuevo continente desde un  primer momento. Cristóbal Colón fue el primero en describirlos en su famoso  “Diario de a bordo”. El 4 de Noviembre de 1492, el Almirante hacía la siguiente  descripción de los susodichos seres: 

“Entendió también que lejos de allí había hombres de un ojo y otros con hocicos  de perros que comía los hombres, y que en tomando uno lo degollaban y le  bebían la sangre y le cortaban su natura”. 

Al leer esto, sin duda, nos viene a la mente una especie de ser monóculo y  caníbal. Debía ser bastante extraño lo que Colón vio para describirlo de esa 

manera, o bien, haber dejado ir su imaginación, aunque siempre teniendo como  base ideas anteriores de lecturas de obras como las de Mandeville o Marco Polo. No sería ésta la única vez que el Almirante viera estos seres, el 26 de noviembre volvería a verlos y deducía que debían de pertenecer al señorío del Gran Can. Al  

hacer esta deducción, Colón pretendía hacer ver que irremediablemente estaba en  el reino del Gran Khan en Asia, por lo que ésos “cani” (perro en latín) debían de  ser sirvientes o habitantes de dicho reino. 

Desde el propio continente europeo también se recogían historias de cinocéfalos  americanos, el propio Licóstenes recogería en el apéndice de su obra que en el  continente americano habitaba un linaje de hombres con cabeza de perro.

Hombre Perro de la serie Resplandor. 2013. Bronce. 36 x 15 x 15 cm
Theodor de Bry. Blemio

Blemios o Acéfalos 

Los blemios (en egipcio antiguo: brhm; en griego: Βλέμμυες o Βλέμυες), también  conocidos como blemmyes, blemmyaes, blemmytas, blemmies o bleminges. Ya en las antiguas mitologías se hablaba de estos pueblos monstruosos y salvajes  de extraordinario aspecto.  

La fuente de información original acerca de los Blemias es Plinio el Viejo, en su  compilación Historia Natural. En el Libro V, que describe África, aparecen  diversos pueblos con características fantásticas: Gampasantes, Blemias,  Gotapans, Himantópodas. 

En concreto, los Blemias son descritos como: “Blemmyes traduntur capita  abesse, ore et oculis pectore adfixis”, es decir: “Blemias, que no tienen cabeza y  tienen la boca y los ojos en el pecho”. que habitaban la periferia del mundo

Entre las fuentes que trasladan la existencia de los Blemios a América, se pueden  destacar Los Viajes de Hakluyt, que alude al río y territorio de Gaora o Caora,  habitado por hombres que se ajustan a la imagen de los Blemias de Plinio, o a los  habitantes de la Guayana descritos por Walter Raleigh, que aparecen con el  nombre de Ewaipainoma.

Blemio. de la serie Resplandor 2013. Bronce. 35 x 24 x 15 cm

Las expediciones etnográficas del siglo XIX y XX en América dejaron también  un inventario visual que hoy nos sirve como testimonio antropológico y fuente de  investigación de un periodo interesantísimo de la historia local. Los ilustradores y  fotógrafos de estas empresas científicas y seudo científicas dejaron un extenso  material que en muchos casos se ha mantenido oculto o ha despertado poco  interés, especial y extrañamente en el medio artístico. Una de las facetas que más  me llama la atención es el retrato intencional o desapercibido de las precarias  condiciones sociales de los pueblos de América y su, en muchos casos, ingenua  circulación como material ilustrativo y pedagógico. Este material me ha servido  para construir una ilación en el relato de “Resplandor” que nos trae a la  contemporaneidad corroborando el sentido de remarcar las singulares condiciones de injusticia y vileza que han imperado en nuestro continente hasta la fecha.

Indio cargando al amo blanco. Grabado del Siglo XIX

EL UROBOROS 

Ahora el Océano es un mar o un sistema de mares; para los griegos, era un río circular que rodeaba la Tierra. Todas las aguas fluían de él y no tenía ni desembocadura ni fuentes. Era también un dios o un titán, quizá el más antiguo, porque el Sueño, en el  libro XIV de la Ilíada, lo llama origen de los dioses; en la Teogonía de Hesíodo, es el padre de todos los ríos del mundo, que son  tres mil, y que encabezan el Alfeo y el Nilo. Un anciano de barba caudalosa era su personificación habitual; la humanidad, al cabo de siglos, dio con un símbolo mejor. 

Heráclito había dicho que en la circunferencia el principio y el fin son un solo punto. Un amuleto griego del siglo III, conservado  en el Museo Británico, nos da la imagen que mejor puede ilustrar esta infinitud: la serpiente que se muerde la cola o, como  bellamente dirá Martínez Estrada, «que empieza al fin de su cola». Uroboros (el que se devora la cola) es el nombre técnico de  este monstruo, que luego prodigaron los alquimistas. 

Su más famosa aparición está en la cosmogonía escandinava. En la Edda Prosaica o Edda Menor, consta que Loki engendró un  lobo y una serpiente. Un oráculo advirtió a los dioses que estas criaturas serían la perdición de la Tierra. Al lobo, Fenrir, lo  sujetaron con una cadena forjada con seis cosas imaginarias: el ruido de la pisada del gato, la barba de la mujer, la raíz de la  roca, los tendones del oso, el aliento del pez y la saliva del pájaro. A la serpiente, Jörmungandr, «la arrojaron al mar que rodea  la Tierra y en el mar ha crecido de tal manera que ahora también rodea la Tierra y se muerde la cola». En Jötunheim, que es la tierra de los gigantes, Utgarda-Loki desafía al dios Thor a levantar un gato; el dios, empleando toda su  fuerza, apenas logra que una de las patas no toque el suelo; el gato es la serpiente. Thor ha sido engañado por artes mágicas. Cuando llegue el Crepúsculo de los Dioses, la serpiente devorará la Tierra; y el lobo, el Sol. 

El Libro De Los Seres Imaginarios 

Jorge Luis Borges 

Uróboros. 2016. Bronce pintado