El retorno de losPríncipes 1991, instalación de 8 venados en bronce de tamaño natural que se ubican en el espacio público de un edificio en Bogotá, introduce el dialogo entre arquitectura y animales que se desarrolla ampliamente con nuevas perspectivas y técnicas en obras posteriores como Oniria 2007 y La persistencia del deseo 2023.
El conjunto es una intervención en los corredores de circulación y las zonas verdes del edificio. Juego con el espacio, llamado ecológico, referencia premonitoria a la presencia de animales en la urbe en tiempos de pandemia, juego y acción lúdica en diálogo directo con el transeúnte.
La obra desplaza fuera del contexto tradicional la idea de escultura pública y de monumento, introduciendo el concepto de instalación por medio de la interacción de diversos elementos frente y dentro del espacio arquitectónico.
El retorno de los príncipes se refiere a la capacidad de adaptación, a la fortaleza y la invulnerabilidad de la naturaleza frente a la arrolladora presencia humana.
Es así mismo un llamado a prestar atención al desequilibrio provocado por la acción humana que finalmente pone a la especie en peligro de colapsar.
El venado de cola blanca es una especie que habita en gran parte de América, desde Canadá hasta Perú y su presencia ancestral ha sido representada de manera simbólica y ritual por diversas comunidades precolombinas y tradicionales.