UN PROYECTO DE NADIN OSPINA

A partir del viaje realizado a Inglaterra en el mes de Diciembre de 2008 por invitación de la Colección de Arte Latinoamericano de la Universidad de Colchester UECCLA para realizar un proyecto específico como encargo para la inauguración de su nueva sede el Museo FIRSITE: NEWSITE y gracias al contacto directo con las circunstancias culturales e históricas del lugar y al análisis del concepto curatorial de la exposición “What Matters” surge el proyecto “Ínsulas”.
El vocablo Ínsula proviene del latín Insulae y es una expresión del español arcaico para el termino moderno Isla. Recuérdese el episodio de la Ínsula Barataria en el Quijote de Cervantes. En la contemporaneidad el concepto Insularidad rebasa la acepción de discontinuidad geográfico como condición propia de una isla para extenderse a la descripción de diversos conceptos que partiendo de la metáfora geográfica tratan de explicar o diagnosticar condiciones particulares de los individuos y las sociedades.
El carácter simbólico del concepto insular a sido utilizado ampliamente para definir circunstancias políticos, económicos e incluso psicológicos. El concepto Insularidad ha sido aplicado a fenómenos sociales de aislamiento, discriminación, incomunicación o exclusión.
La psiquiatría a echado mano del termino para nominar el síndrome de insularidad o espíritu Robinsoniano que describe el aislamiento y las condiciones de soledad forzosa o autoimpuesta dentro de diversas patologías.

Como elemento estético, literario y poético la insularidad a sido motivo reiterado en diversas obras universales y forma parte de muchas mitologías y narraciones fantásticas.

De la Atlántida y Utopia a Ávalon. De la Ínsula Barataria a la Isla de la fantasía. De la Isla del Diablo a San Quintin De Robinson Crusoe al Señor de las moscas. De la Ísla de los muertos de Arnold Boecklin a la Isla del Doctor Moreau.

En la historia del arte la representación arquitectónica ha sido un motivo recurrente, podemos encontrarla en las pequeñas figuras de arcilla egipcias que representan casas y edificaciones a manera de miniaturas o juguetes, en las representaciones cerámicas de la cultura Mochica del Perú precolombino, en la gran pintura perspectivista del renacimiento, en la pintura veneciana del siglo XVII, en los dibujos y grabados de ruinas de Piranesi, en las pintura de Turner, Monet, Georgia O’Keeffe, John Marin, en las intervenciones de Gordon Matta-Clark, las construcciones con fichas y cuero de los chinos Liu jianhua y Liu Wei o en las obras políticas del ruso Constantin Boym , por citar solo algunos ejemplos.



Liu jianhua


En la cultura popular el “Arte de Arquitectura”, la producción de ciudades en miniatura o las construcciones arquitectónicas de arena, hielo, cubos de azúcar, naipes, palillos, ladrillos lego, basura y todo tipo de refinadas artesanías rebela un intenso deseo de representación y apropiación de la arquitectura universal.


El coleccionismo de souvenirs arquitectónicos es un interesante aspecto de la cultura kitch que convierte al viajero en el buscador de esos trofeos de caza: las representación a pequeña escala del ícono. Una arquitectura portable, doméstica, domeñada, coleccionable.
En el caso particular del coleccionista de souvenirs arquitectónicos para quien la experiencia del viaje es inasible o insuficiente, podemos descubrir un mecanismo de compensación, una forma de hacerse a un universo simbólico que reemplaza al real .
Una clave del origen de esta compulsión puede estar en el dialogo de Kublay Kan y Marco Polo que precede el capitulo II de Las Ciudades Invisibles de Italo Calvino. —¿Viajas para revivir tu pasado? —era en ese momento la pregunta del Kan, que podía también formularse así: ¿Viajas para encontrar tu futuro? Y la respuesta de Marco: —El allá es un espejo en negativo. El viajero reconoce lo poco que es suyo al descubrir lo mucho que no ha tenido y no tendrá.

INSULAS Y LA POPULARISACION MEDIÁTICA DE LA ARQUITECTURA
En un mundo mediatizado de información instantánea, de viajes virtuales y reales los medios de comunicación, las industrias turística, editoriales y del
entretenimiento hacen profusa difusión del patrimonio arquitectónico universal generando un conocimiento y un interés generalizado por el pasado, el presente y el futuro de las construcciones como símbolos de las civilizaciones, de su triunfo, de su caída y su destrucción.
los canales de televisión “científicos”, “culturales” e “históricos” han puesto de moda la citación de la arquitectura desde diversos puntos de vista ya como detallada reconstrucción de la historia, ya como despliegue de tecnología y virtuosismo técnico y artístico; como dispositivos militares, religiosos o residencia de monarcas, millonarios, famosos e infames de todos los tiempos, incluso en pro del espectáculo y la audiencia masiva son el escenario de especulaciones y fantasías como los elementos mágicos , místicos o alienígenas de su origen, diseño y construcción o las presencias paranormales que los habitan.
El futuro no está exento de este prurito arquitectónico. “Megaconstrucciones”, construcciones en otros mundos, en el interior de la tierra o en el fondo del mar.

La iconización de la arquitectura por medio del cine, la literatura y las artes plásticas es un fenómeno notable. El registro, la escenificación y la recreación de las grandes metrópolis y sus lugares de culto son el telón de fondo de grandes y pequeñas producciones de todos los tiempos así como la creación de fantasías arquitectónicas como “Metrópolis” (La de Fritz Lang y “Metrópolis” la de Supermán, también del super héroe Kandor la embotellada capital de la antigua Kripton, “Ciudad Gótica” de Batman, la ciudad de las esmeraldas del mago de Oz, Zion de The Matrix, etc. Que han generado un imaginario colectivo de fantasía y ensueño.

La visión apocalíptica de un cataclismo universal y la provable destrucción de la civilización tal y como la conocemos es otro filon del tema arquitectonico muy recurrente. Ciudades post-humansa debastadas, corroidas y retomadas por la naturaleza implacable y vengativa, forman un cuadro de dramatismo y terror que recuerda la fragilidad humana y la finitud de sus obras.
Este escenario nos remite a una reflección sobre la capacidad de autodestrucción de una sociedad que usa y desecha todos sus productos incluidos los culturales y desde luego la arquítectura.
Como acota Marshal Bergman citando a Marx:
Todo lo que la burguesía construye es construido para ser destruido. Los pueblos y las ciudades, las regiones y hasta las naciones que los albergan, todo está hecho para ser destruido mañana, aplastado, desgarrado, pulverizado o disuelto, para poder ser reciclado o reemplazado a la semana siguiente, para que todo el proceso recomience una y otra vez, es de esperar que, para siempre, en formas cada vez más rentables. El patetismo de todos los monumentos burgueses es que su fuerza material y su solidez no significa nada en realidad, no soportan ningún peso son batidos como débiles juncos por las mismas fuerzas del desarrollo capitalista que exaltan. Hasta las construcciones burguesas mas hermosas e impresionantes, y las obras públicas, son desechables, capitalizados para una rápida depreciación y planificadas para quedar obsoletas.
INSULAS Y EL PESEBRE

La obra “Ínsulas” tiene un referente directo en el “Pesebre”, “Nacimiento” o “Belén”. Construcción escenográfica de carácter religioso de gran arraigo en las comunidades católicas del mundo.
El pesebre es una escenificación tridimensional del nacimiento de Jesús que convoca a los creyentes a la meditación el recogimiento y la adoración.
En 1223 San Francisco de Asís montó un auto sacramental, versión medieval del teatro clásico argumentado en pasajes de la Biblia, en una ermita de Greccio, Italia, representando de forma real, con actores y animales verdaderos, la natividad. Está función generó tanto fervor en la gente que la Iglesia lo aprobó y promovió su difusión.
En los períodos renacentista y barroco la decoración de los nacimientos cobró fuerza y se volvió un arte. En América, los franciscanos usaron los belenes como método de evangelización. Fue allí cuando comenzaron a ser incongruentes, ya que incluían animales y plantas americanas, que en Palestina no existían en tiempos de Jesús, como los guajolotes o el maíz.
En los últimos años la oferta para coleccionistas de pequeñas maquetas de monumentos, castillos, iglesias, puentes y demás eleméntos arquitectónicos característicos de cada región, amén de personajes históricos de diferentes etnias, convertidos en juguetes, incrementaron el inventario de objetos “apropiados” para los pesebres, entremesclándose tiempos y lugares en un pastiche surrealista. Hoy se construyen pesebres mecánicos de gran elaboración y extención y se les ha desplasado del ámbito estríctamente litúrgico para extenderse a espaciós públicos, edificios oficiales, plazas e incluso poblaciones enteras como ocurre en Boyacá, Colombia.
Ínsulas es en parte una abstracción de la elaborada construcción del pesebre, al tiempo que como conjunto recuerda su espíritu anacrónico y absurdo.

ÍNSULAS Y LA TALLA EN PIEDRA DE SAN AGUSTÍN

Desde el año 1995 vengo utilizando la técnica de la talla en piedra como parte de algunas de mis obras, por medio del trabajo de una comunidad de artesanos talladores que viven en zona rural del municipio de San José de Isnos en el departamento del Huila, ubicado al sur de Colombia.



Esta región es el lugar en donde se ubica el más importante centro arqueológico de Colombia conformado por un conjunto de obras arquitectónicas y escultóricas de carácter funerario, conocido como la “Cultura San Agustiniana”.
Esta cultura tuvo su florecimiento entre los años 3300 A.c. y 800 D.c. migrando posteriormente a Centro América en donde se cree que se fusionó o fue el origen de varias culturas mesoamericanas.

La cultura San agustiniana cuyas misteriosas y feroces representaciones de carácter ritual se expreso por medio del oro, la cerámica y fundamentalmente por medio de la talla en piedra volcánica En este lugar y con los talladores de piedra se ejecutó la serie

“El gran sueño americano” que confronta las técnicas e imágenes del pasado precolombino y los íconos de los medios de comunicación contemporáneos.
Allí mismo realizo actualmente las tallas en piedra del proyecto “Ínsulas” . La singularidad del proyecto está mediada por este minucioso proceso de producción que parte de los souvenirs para turistas o de modelos tridimensionales en materiales como arcilla, cartón, cera o yeso.
Finalmente, las tallas en piedra de los monumentos están a disposición para formar parte de un juego más complejo, de una puesta en escena que les saca del carácter de esculturas para convertirlas en una serie de instalaciones o intervenciones de espacio que van mutando con el correr del tiempo sin terminar por afincarse en un estadío definitivo.


INSULAS Y EL JARDIN
Desde años atrás y como parte de una afición personal, el mundo de las plantas forma parte de mi cotidianidad y de mi entorno vital. Sembrar, cultivar, cuidar y cosechar especies vegetales es una vocación que exige dedicación, paciencia y una dosis poderosa de humildad. En la vocación del jardinero hay algo admirable, un silencio y un tiempo de postergación, de expectación e incertidumbre.
No se juega solo con la habilidad o el conocimiento sino con la suerte y las contingencias de la naturaleza que implacablemente puede terminar por destrozar el trabajo de meses de esmero.

La jardinería que ha formado parte desde siempre de la historia de las culturas ha sido considerada como un arte menor, un arte “galante” e incluso decadente en cierto sentido, pero un arte ineludible que acompaña el desarrollo de la arquitectura y las artes plásticas, convirtiéndose en muchos casos en singular protagonista.
Como recreación en minúsculo de un universo “real” el jardín es artificio y simulacro es intento de asir y construir un microcosmos particular. el entorno vital del palacio o la casita campesina

Ínsulas
Como objeto paradójico el proyecto Ínsulas aúna el concepto de aislamiento con el de proximidad virtual. Ínsulas es un proyecto eminentemente procesual que muta y se transforma mientras crece. Como dispositivo de apropiación de espacio tendrá una serie de variantes estructurales y temáticas según el espacio a intervenir y el momento de producción. Como objeto estético Ínsulas es una instalación conformada por diversas piezas escultóricas ejecutadas en materiales como la piedra y el bronce y una secuencia de impresiones digitales que parten del registro de las fases de producción y su manipulación visuales. Ínsulas es la conjunción de singulares y disímiles elementos arquitectónicos provenientes de diversas culturas y tiempos. Un encuentro imposible de representaciones icónicas en una serie de abigarrados conjuntos. Recurriendo al imaginario colectivo que ha convertido a la arquitectura universal en objeto de culto pop, Ínsulas es la conjunción ad absurdum de representaciones tridimensionales de edificios y monumentos de relevancia histórica. En una conjunción surreal de tiempos y lugares Ínsulas pone de presente la hibridación de elementos culturales propia de la era mediática.




Jardín Botánico de Bogotá. 2014. Curaduría Ana María Lozano.